“Nosotros generalmente descubrimos que hacer percibiendo aquello que no debemos hacer. Y probablemente aquel que nunca cometió un error nunca hizo un descubrimiento”. (Samuel Smiles)Somos aprendices. ¿Quién nunca erró?
“Quien esté sin pecados...” (Jesús).
Muchos tiranos emocionales se aprovechan de nuestra condición de aprendices para atemorizarnos emocionalmente, haciéndonos rehenes del pasado y de ellos mismos.
Como verdaderos terroristas psíquicos, delante de las conquistas que alcanzamos buscan siempre recordarnos que ya erramos un día.
Buscan mantenerse en posición de dominio sobre los demás.
Se colocan como emisarios de la verdad juzgándose inalcanzables, hipócritas.
Eso sucede en sociedad, en la familia y aún en las relaciones “amorosas”.
Existen personas extremadamente carentes, que se esconden atrás de esa postura belicista para mantener la atención de los demás.
Cuando ellas no consiguen ser el centro de la atención en una relación, sea cual fuera, buscan recordarnos sobre equívocos cometidos un día, buscando así controlar la situación enalteciéndose a sí mismas.
Son frágiles emocionalmente y creen mantener lazos afectivos a cuestas de la manipulación de sentimientos.
Debemos tener cuidado con aquellos que se relacionan con nosotros y nos impiden modificar las páginas sucias del pasado.
Si cayéramos es importante que no nos mantengamos identificados con el suelo, pues sólo se cae quien está andando.
Es en la caída que encontramos los verdaderos amigos, ellos nos ayudan a erguirnos y a seguir caminando.
Aléjese de los que predican la renovación y no renuevan las propias ideas.
Tengamos cuidados con los terroristas psíquicos, ellos son astutos, sutiles.
Terrorista psíquico es todo aquel que desea que los demás piensen como él.
Cuidado para no volverse rehén de los terroristas, sus principales armas son:
- La exaltación de errores pasados para ejercer el dominio en el presente.
- Los celos en cualquier tipo de relación
- La posición de eterna víctima.
- La falta de escrúpulos para denigrar la imagen de los demás.
- La tentativa de impedirnos el raciocinio.
- La envidia.
- La religión, etc..., etc...
Vivir es un constante aprendizaje.
Necesitamos comprender que, “a cada uno será dado conforme sus propias obras”, somos los únicos responsables por nuestro destino.
“Estudie los Libros de la Codificación Espírita es una verdadera carta de liberación”.
“Quien esté sin pecados...” (Jesús).
Muchos tiranos emocionales se aprovechan de nuestra condición de aprendices para atemorizarnos emocionalmente, haciéndonos rehenes del pasado y de ellos mismos.
Como verdaderos terroristas psíquicos, delante de las conquistas que alcanzamos buscan siempre recordarnos que ya erramos un día.
Buscan mantenerse en posición de dominio sobre los demás.
Se colocan como emisarios de la verdad juzgándose inalcanzables, hipócritas.
Eso sucede en sociedad, en la familia y aún en las relaciones “amorosas”.
Existen personas extremadamente carentes, que se esconden atrás de esa postura belicista para mantener la atención de los demás.
Cuando ellas no consiguen ser el centro de la atención en una relación, sea cual fuera, buscan recordarnos sobre equívocos cometidos un día, buscando así controlar la situación enalteciéndose a sí mismas.
Son frágiles emocionalmente y creen mantener lazos afectivos a cuestas de la manipulación de sentimientos.
Debemos tener cuidado con aquellos que se relacionan con nosotros y nos impiden modificar las páginas sucias del pasado.
Si cayéramos es importante que no nos mantengamos identificados con el suelo, pues sólo se cae quien está andando.
Es en la caída que encontramos los verdaderos amigos, ellos nos ayudan a erguirnos y a seguir caminando.
Aléjese de los que predican la renovación y no renuevan las propias ideas.
Tengamos cuidados con los terroristas psíquicos, ellos son astutos, sutiles.
Terrorista psíquico es todo aquel que desea que los demás piensen como él.
Cuidado para no volverse rehén de los terroristas, sus principales armas son:
- La exaltación de errores pasados para ejercer el dominio en el presente.
- Los celos en cualquier tipo de relación
- La posición de eterna víctima.
- La falta de escrúpulos para denigrar la imagen de los demás.
- La tentativa de impedirnos el raciocinio.
- La envidia.
- La religión, etc..., etc...
Vivir es un constante aprendizaje.
Necesitamos comprender que, “a cada uno será dado conforme sus propias obras”, somos los únicos responsables por nuestro destino.
“Estudie los Libros de la Codificación Espírita es una verdadera carta de liberación”.
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