sexta-feira, 4 de setembro de 2009

Rejas Invisibles - Tradução Victor Hugo Torres (México)

Podemos ser libres, o prisioneros de nosotros mismos.
Nuestra vida es el resultado, de nuestros más mínimos pensamientos.
Todo lo que pensemos se volverá, construcción de tinieblas o luz, de acuerdo con los intereses que alimentamos.
De esta forma, nuestra mente puede ser una cárcel tormentosa, o un campo fértil para la realización de nuestros más felices sueños.
La felicidad es conquista íntima, que nace en nosotros, a través de la paz en nuestro espíritu.
El mal que nos obstaculiza el crecimiento y que nos lleva a las lágrimas, tiene el tamaño que a él damos.
¿Cuántas veces, ya fuimos prisioneros del dolor y de las lamentaciones exacerbadas?
Permitiéndonos estar atados a situaciones pretéritas, que sólo nos hacen revivir dramas lamentables que deberían ser olvidados.
Esas creaciones mentales son alimentadas por el rencor, y por la falta de perdón. Funcionan como esposas poderosas, y mientras más removemos mentalmente situaciones pasadas, más nos sentimos aguijoneados por el dolor.
Por más que hayamos sufrido con lo que sea, nos debemos liberar de ese verdadero calabozo mental, que nos imponemos voluntariamente.
Es cierto, que muchas cosas son difíciles de olvidarse, pero cuanto antes implementemos una renovación mental, más deprisa experimentaremos la liberación de las amarras del dolor.
El tiempo es de liberación, y la verdadera libertad debe comenzar a partir de nuestra mente.
Cuántas lágrimas no fueron derramadas y reprimidas mentalmente por nuestra imaginación fértil, siempre mancomunadas con el lado obscuro de todo y de todos.
¿Cuántas caídas no nos infringimos, por querer de los demás, aquello que los demás no nos pueden dar?
Deseamos siempre que las cosas se renueven, no obstante, no permitimos que la renovación florezca a partir de nuestro corazón.
Si estuviéramos alimentando diariamente, los mismos pensamientos tormentosos, es mejor que tengamos cuidado, pues estaremos irguiendo rejas vigorosas en nuestra mente.
Somos lo que pensamos, por lo tanto, pensemos en el bien, para que el bien se haga en nuestra vida.
Cuánto antes modifiquemos nuestro panorama mental, más deprisa romperemos las esposas que nos hacen infelices.
El sufrimiento que experimentamos puede estar prolongándose porque nosotros lo estamos alimentando, representando el papel de pobrecitos.
La auto-piedad es el camino más corto para la depresión.
Rompamos la cárcel mental que creamos para nosotros, a través del trabajo incesante de nuestra renovación íntima.

Um comentário:

  1. Como uma amiga me disse construi-mos mais muros do que pontes e lendo o texto sobre as grades invisiveis, achei que ainda podemos mudar muitas coisas...

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